Nuestra organización está convencida de la necesidad de la aplicación de «Impuestos saludables»: impuestos específicos sobre ciertos productos o actividades que se consideran perjudiciales para la salud, con el objetivo de desincentivar su consumo y, al mismo tiempo, generar ingresos para financiar programas de salud pública u otras iniciativas relacionadas con el bienestar social.
En el contexto del consumo de alcohol, tabaco, alimentos no saludables y bebidas azucaradas, los impuestos saludables son utilizados para aumentar el precio de estos productos, lo que puede llevar a una reducción en su consumo, especialmente entre aquellos que tienen bajos ingresos y son más sensibles a los cambios de precios.
Por ejemplo, los impuestos sobre el alcohol pueden aumentar el precio de las bebidas alcohólicas, lo que puede desincentivar el consumo excesivo y reducir los problemas de salud asociados, como enfermedades hepáticas, accidentes de tráfico y violencia relacionada con el alcohol.
Los impuestos saludables también pueden ser utilizados como una herramienta para abordar la obesidad y otras enfermedades crónicas relacionadas con la dieta. Impuestos sobre alimentos no saludables con alto contenido de grasas saturadas, azúcares agregados o sodio pueden reducir su consumo y fomentar opciones más saludables.
Este documento resume la evidencia sobre el impacto sanitario y económico de los impuestos sanitarios (los impuestos a productos con un impacto negativo en la salud pública como el tabaco, el alcohol, las bebidas azucaradas y los combustibles fósiles). Estos impuestos dan como resultado poblaciones más saludables y generan ingresos para el presupuesto incluso en presencia de comercio ilícito o evasión. Además, se trata de medidas progresivas que benefician relativamente más a las poblaciones de bajos ingresos una vez que se tienen en cuenta los costos y la carga de la atención médica.
Los impuestos al tabaco son recomendados por varias razones fundamentales:
- Reducción del consumo: Al aumentar el precio del tabaco a través de impuestos, se reduce el consumo, especialmente entre los jóvenes y las personas con ingresos más bajos, que son más sensibles a los cambios de precios. Esto lleva a una disminución del tabaquismo y, por lo tanto, a una mejora en la salud pública.
- Prevención de enfermedades relacionadas con el tabaco: El tabaquismo es una de las principales causas de enfermedades prevenibles y muerte en el mundo. Los impuestos al tabaco ayudan a desalentar el consumo, lo que a su vez reduce la incidencia de enfermedades cardiovasculares, cáncer, enfermedades respiratorias crónicas y otras enfermedades asociadas al tabaquismo.
- Protección de la salud de los no fumadores: Los impuestos al tabaco también protegen la salud de los no fumadores al reducir la exposición al humo de segunda mano. Esto es especialmente importante en lugares públicos y en hogares donde conviven fumadores y no fumadores.
- Generación de ingresos: Los impuestos al tabaco pueden generar ingresos significativos para el gobierno, que pueden ser destinados a financiar programas de prevención y tratamiento del tabaquismo, así como a otras áreas de salud pública.
- Equidad y justicia social: Los impuestos al tabaco pueden ayudar a reducir las desigualdades en salud, ya que el tabaquismo afecta desproporcionadamente a personas de bajos ingresos y comunidades desfavorecidas. Al aumentar el precio del tabaco, se reduce la carga de enfermedades relacionadas con el tabaquismo en estos grupos.
Evidencia económica para el control del tabaco. Hub de conocimiento que se dedica a generar evidencia científica que apoye la toma de decisiones en políticas de control del tabaco a nivel nacional y regional.
Manual técnico sobre Administración de Impuestos al Tabaco
Evidencia económica para el control del tabaco: Hub de conocimiento que se dedica a generar evidencia científica que apoye la toma de decisiones en políticas de control del tabaco a nivel nacional y regional.
Los impuestos selectivos sobre las bebidas azucaradas representan una política eficaz y basada en la evidencia para prevenir las enfermedades no transmisibles (ENT). Junto con los impuestos selectivos sobre los productos tabacaleros y sobre las bebidas alcohólicas, constituyen una herramienta para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible, y la Organización Mundial de la Salud los recomienda para modificar los factores de riesgo comportamentales vinculados con la obesidad y las ENT, según se indica en el plan de acción mundial de la OMS. Se ha dicho que los impuestos sobre las bebidas azucaradas representan una ganancia triple para los gobiernos, puesto que:
- mejoran la salud de la población,
- generan ingresos y
- pueden reducir a largo plazo los correspondientes costos de atención de salud y pérdidas de productividad.
La tributación de las bebidas azucaradas en la Región de las Américas