Contar con una alimentación adecuada es un derecho humano universal, que puede definirse como el derecho de toda persona «a tener acceso, de manera regular, permanente y libre, ya sea directamente o mediante compra en dinero, a una alimentación cuantitativa y cualitativamente adecuada y suficiente, que corresponda a las tradiciones culturales de la población a la que pertenece el consumidor y que garantice una vida psíquica y física, individual y colectiva, libre de angustias, satisfactoria y digna». Si bien los países miembros de las Naciones Unidas han reafirmado su compromiso de asegurar el acceso a la alimentación,3,4 gran parte de la población mundial todavía no ejerce de forma plena este derecho, debido a problemas vinculados con la cantidad y la calidad de los alimentos que se consumen, lo que repercute sobre su salud y bienestar. La alimentación es el principal factor de riesgo para el desarrollo de la malnutrición y las enfermedades no transmisibles (ENT), las cuales representan uno de los mayores desafíos de este siglo para la salud y el desarrollo de los países.
Uruguay no escapa a esta problemática, enfrentando simultáneamente problemas de malnutrición por déficit, y también por exceso. (Extracto del documento de los 10 años del Núcleo Interdisciplinario Alimentación y Bienestar de la Universidad de la República)
La alimentación es un derecho humano fundamental porque es esencial para la vida, la dignidad y el ejercicio de otros derechos. Garantizar el acceso a una alimentación adecuada es una responsabilidad moral y legal de los gobiernos y de la comunidad internacional.
- Derecho a la vida y la dignidad humana: La alimentación es un requisito básico para la supervivencia. Sin acceso a alimentos adecuados y suficientes, las personas no pueden mantener su salud ni su vida. Por lo tanto, garantizar el acceso a la alimentación es fundamental para proteger el derecho a la vida y la dignidad humana.
- Base para otros derechos: Sin una alimentación adecuada, otros derechos humanos, como el derecho a la educación, el derecho al trabajo y el derecho a la salud, se ven comprometidos. Una nutrición adecuada es crucial para el desarrollo físico y mental, lo que a su vez influye en la capacidad de una persona para ejercer otros derechos.
- Enfoque de Derechos Humanos: Adoptar un enfoque de derechos humanos hacia la alimentación implica reconocer que todas las personas tienen derecho a una alimentación adecuada y que el Estado tiene la responsabilidad de garantizar este derecho. Esto implica que los gobiernos deben tomar medidas para eliminar las barreras que impiden el acceso a alimentos nutritivos y suficientes.
- Enfoque preventivo: Garantizar el acceso a una alimentación adecuada puede prevenir una serie de problemas de salud y sociales, como la malnutrición, la enfermedad y la pobreza. Esto puede tener efectos positivos a largo plazo en la sociedad en su conjunto, promoviendo el bienestar y el desarrollo sostenible.
- Promoción de la igualdad y la justicia social: Garantizar el acceso equitativo a la alimentación es fundamental para abordar las desigualdades sociales y económicas. Las personas que enfrentan marginalización o discriminación son más propensas a experimentar inseguridad alimentaria, por lo que garantizar su derecho a la alimentación es un paso hacia la equidad y la justicia social.


Los uruguayos comemos mal: ¿Es por costumbres? ¿Es que no sabemos cocinar? ¿O es un tema de fondo?
Es un mimo
La soberanía alimentaria es un concepto desarrollado por movimientos sociales y organizaciones campesinas a nivel global, que busca redefinir y democratizar los sistemas alimentarios.
Un estudio realizado en Uruguay durante la pandemia por el coronavirus (COVID-19) mostró que la mayoría de las estrategias de marketing digital utilizadas por industria alimentaria en sus anuncios buscaba aumentar el consumo de productos no saludables, lo cual demuestra que el marketing digital de alimentos y bebidas no saludables se potencia inclusive en momentos de crisis global, como la citada pandemia, con el objetivo de llegar a los NNA y sus familias.
¿Qué son los productos ultraprocesados?
Formulaciones de ingredientes, que incluyen habitualmente azúcar, aceite o grasas y/ o sal, generalmente combinados con sustancias tales como jarabes de maíz, aislados de proteínas, aceites hidrogenados o interesterificados. Los aditivos usados son principalmente “cosméticos” (apariencia, sabor, textura) y conservadores.
Uruguay se ha comprometido a erradicar el hambre y todas las formas de malnutrición a través del segundo Objetivo de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible de Naciones Unidas: “Poner fin al hambre, lograr la seguridad alimentaria y la mejora de la nutrición y promover la agricultura sostenible”.
El Etiquetado Frontal de Advertencia en alimentos (también llamado Rotulado Frontal) es un sistema de advertencias gráficas que los productos deben incluir en la cara frontal de su empaque, con la finalidad de indicar cuando los alimentos tienen contenido excesivo en los nutrientes críticos, como ser: azúcares, sodio, grasas, grasas saturadas y grasas trans.
Algunos actores identifican la pérdida y desperdicio de alimentos como un problema en sí mismo para el país, la gran mayoría asocia su relevancia en relación a los potenciales efectos de su reducción, especialmente la mejora de la seguridad alimentaria. En este sentido, si bien se identificaron varias estrategias de reducción aplicables a diferentes etapas de la cadena de producción y comercialización de alimentos, la donación de alimentos tuvo un papel preponderante.
El Mirador DESCA, plataforma dedicada a la vigilancia y promoción de los derechos económicos, sociales, culturales y ambientales (DESCA) en Uruguay, publicó su sexto informe temático, el cual está centrado en el derecho a la alimentación.
Los centros educativos deben ser espacios que promuevan estilos de vida saludable. Por lo tanto, la venta de alimentos dentro de sus instalaciones debería buscar la protección de la salud de niños, niñas y adolescentes, y la promoción de hábitos alimentarios saludables.
Los impuestos saludables son aquellos que gravan los productos no saludables (por ejemplo, tabaco, alcohol, bebidas azucaradas). El consumo de estos productos es un factor de riesgo importante para múltiples enfermedades no transmisibles (ENT), incluidas enfermedades cardiovasculares, cáncer, enfermedades respiratorias y diabetes. Asimismo, el consumo de estos productos genera externalidades negativas, así como consecuencias socialmente indeseables que no se reflejan en su precio de mercado.